Y aquí nos encontramos otro día más. Mirando las estrellas, sintiéndonos pequeños ante la magnificencia del universo. Recurriendo a oxidados tópicos literarios para intentar escribir algo que bien por sublime, bien por mediocre, no es apto para ser transcrito en palabras mecanografiadas.
Reflexiones típicas de sujetos atípicos para una sociedad enferma y encarcelada en su propio narcisismo comercial. Fatuo destino, te sonríes ante nuestra infantil incredulidad... Sonrisa fácil como bando por el que siente debilidad Cronos.
Divagar... devaneos sin sentido... vergüenza ajena resumida en demasiadas pocas líneas.
Empezamos ya bien :) ole tu!
ResponderEliminar¡Gracias ante este inesperado comentario de gratitud! Nada mejor que empezar con este buen pie. ¡La segunda entrada está recién orneada!
Eliminar